El Género Violento.
Los Estudiantes del Tercer año "C" del Colegio Victoria, realizaron una investigación, la cual busca reflexionar sobre la Violencia de Género. A partir de la problemática planteada por el docente en la materia Construcción Ciudadana, formularon un exhaustivo análisis, para tratar de entender más profundamente dicha problemática.
La Violencia de Género
Nosotros pensamos y definimos a
la violencia de género como una acción llevada
adelante por una persona, la cual hace abuso de poder con respecto a otra. Entendemos
que tal situación ocurre
porque las personas –violentas- tienen pocas herramientas y actitudes a la hora
de resolver una situación, por lo que al no poder comprender que existen otras
forma de resolver los problemas acuden a lo primero que tienen y esto es el uso
de la violencia. De esta forma el hecho violente surge producto de una
necesidad: resolver un problema, teniendo como medio la utilización de la
fuerza, pues el agresor se ve en la necesidad de someter a la víctima. Y es que
su objetivo es resolver un problema, lo que sucede es que al tener pocas
herramientas de pensamiento y discernimiento, hace resaltar su arma más potente:
la violencia.
Es por ello que todos los
problemas sociales tienden a resolverse
mediante el uso de la violencia. Así tanto las personas, como la sociedad e
inclusive las familias transmiten dichos
valores, los que son incorporados, para
ser utilizados en la vida diaria. Más allá de esto debemos comprender que la
violencia de género no es producto solamente de la falta de recursos
económicos, pues hay también detrás de todo este problema una cuestión
cultural, la que se manifiesta en nuestra vida cotidiana.
Es todo este proceso el que nos lleva a actuar de determinada manera,
ya que son acciones que nos implantan y nosotros las incorporamos y
naturalizamos, permitiéndonos actuar en nuestra vida y reproducir voluntaria e
involuntariamente, consiente o inconscientemente las acciones violentas. Por
ello entendemos que para comprender la violencia de género debemos entender que
vivimos en una sociedad que tiene como raíz inicial y base legitimadora a la
violencia.
¿Cómo se comprende esto? La sociedad esta conformada por diferentes
personas, cada una de ella porta una ideología, la cual le permite andar por
todos lados; esta ideología conforma ideas sobre cuestiones relevantes, pero
también modos de resolver cuestiones de la vida diaria. Esto implica que
incorporo saberes que me permiten entender al otro y ese comprender nos lleva a
estereotipar, identificar y categorizar al otro, atribuyéndole conductas,
costumbres e ideologías. Es esta conformación la que lleva a los sujetos a
partir el mundo en dos, los buenos y los malos, los pobres y los ricos, los
fuertes y los débiles, por lo que siempre habría un ser que se postula como
superador, corregidor o dominador de situaciones, justificando este proceso la
dominación, el castigo y la coerción del otro, dado que si la estructura social
es violenta y de sometimiento el violento –de manera instintivo- encuentra
sustento para realizar su acción. En definitiva el violento entiende que está
ayudando al otro, no que lo está sometiendo y castigando.
La sociedad en la que vivimos se apoya en el uso de la violencia, por
lo tanto nuestro grupo de amigos, familias, compañeros de trabajo, los medios
de comunicación, etc. Viven y se desarrollan mediante acciones violentas. Esto
le da forma a lo que podríamos definir como machismo, el mismo debe ser
entendido como una forma de pensar, un ideario que sustenta al imaginario social,
del cual se desprende que hay seres superior, personas capaces de rehabilitar al
otro, encauzarlo, sacarlo de su propia incapacidad, permitiendo esto
legitimar el abuso de poder. Más allá de
esto no hay que pensar al machismo como una estructura propia del hombre, dicho
ideario no registra género, edades, culturas, etnias ni razas. Y es que como
todo ideario se posa en las personas y las empuja a actuar de manera determinada.
En la actualidad nos encontramos con que hay muchas mujeres que son
golpeadas por hombres, pero de manera irónica la mujer muchas veces utiliza al
machismo también, ya que hay casos de hombres golpeados. Por ellos planteamos
que el machismo es una forma de expresión que tiene una ideología, la cual
sirve tanto a hombres como mujeres, pues este mecanismo construye sistema doble
de personas y no registra sexos, es totalizador y se sustenta en el uso de la
violencia tanto física, como psicológica. Por lo que hay tanto machismo en el
hombre como en la mujer, encontrando su sustento y campo de acción en el resto
de la sociedad. El problema no es el hombre o la mujer, el problema es el no
entendimiento de esta concepción identitaria. Pues, el hombre violento no
comprende que es violento, así también la persona víctima de la violencia muchas
veces no se siente víctima
La Violencia Psicológica y sus Formas
Una de las formas de violencia es la psicológica, esta se define como
la acción por la cual una persona perturba la mente de otra y afecta sus
emociones, sometiéndola a constantes estados de desequilibrios mentales. Esto
hace perder la autoestima del que es sometido, pues lo que se está limitando es
su estado psicológico y mental. Por lo tanto dicha persona pierde la valoración
como persona. Ese sujeto va siendo debilitado mentalmente, no pudiendo tener
confianza en sí mismo, creyendo que no es capaz de hacer nada por sus propios
medios. Es por ello que decimos que la tolerancia de la violencia surge
producto de un no entendimiento de su situación.
La violencia psicológica perturba la mente de la persona que es
sometida. Esto se produce mediante el uso de la palabra, la intimidación,
manipulación, amenaza, acoso, chantaje y celos entre otras cosas. Todas estas
acciones surgen porque la persona violenta es una persona insegura, lo que lo
lleva a controlar y vigilar constantemente a su pareja, cayendo en el acoso, el
hostigamiento, etc. Además, por lo general no le deja tener o reunirse con
amigos/as, pues piensa que siempre alguien le puede robar lo que él cree le
pertenece.
Por otro lado, la violencia psicológica aparece de manera sutil y es
difícil de percibir, porque no se hace evidente
y la víctima no entiende que está sufriendo violencia psicológica.
Además la persona violenta no capta que lo que está ejerciendo es una violencia
psicológica. Es por todo esto que la violencia psicológica es la más difícil de
tratar, reconocer y superarse.
La Violencia Física y el Impacto de lo Emocional
La violencia también puede ser física, al contrario de la violencia
psicológica este tipo de violencia se hace evidente y visible, siendo fácil de
detectar y comprobar. Y es que el golpe y el uso de la fuerza física le dan
sustento a este tipo de violencia. Este tipo de violencia busca hacer evidente
que hay uno que domina, que es la autoridad dentro de la relación.
La victima acepta esta relación porque tiene baja su autoestima.
Además, hay que entender que se mezcla lo emocional y pasional, las mujeres y
hombres que son víctima de la violencia sienten un profundo estado de
dependencia hacía la otra persona, comprende que no puede vivir sin su
presencia y tienen la esperanza de que va a cambiar, por ello dentro de su
engaño personal no se permite dejar a esta persona.
Otro aspecto a tener en cuenta para pensar la violencia de género y
comprender por qué una persona decide someterse a dicha relación es la falta de
recursos económicos, en muchos casos las personas golpeadas no cuentan con
recursos económicos para irse de ese lugar y formar una nueva familias o
independizarse y dejar de someterse a los maltratos.
En conclusión la violencia física es tan grave como la violencia
psicológica y provoca grandes trastornos, pero sobre todo somete de manera muy
violenta a la víctima, tanto es así que muchas veces puede terminar con la vida
de la persona golpeada.
Los Sentimientos y la Violencia de Género
Los sentimientos afianzan
ciertos tipos de relaciones y esto algunas veces puede ser un problema, dado
que son cuestiones que no pueden ser comprendidas
por el psicoanálisis o el pensamiento racional, ya que toca aspectos
emocionales y pasionales del hombre, no permitiendo adquirir una explicación
racional. Es por ello que se dice que los sentimientos le hacen perder la conciencia, tanto a la persona
violenta, como a la persona violentada. Por lo cual no pueden controlar sus
emociones, impulsos y acciones. En definitiva los sentimientos no permiten
comprender los hechos o la realidad, lo que hace que la otra persona aproveche
esta situación y ejerza una dominación sobre el otro.
La pasión y su uso limita el uso de la razón, dado que el hombre
sometido muestran cambios de actitudes de manera constante, adoptando
diferentes posturas, las cuales en muchos casos acercan al sometido hacia su
sometedor y por otros momentos se manifieste en contra de tal situación, pero
en definitiva no termina de concretar la separación y elige –en muchos casos-
seguir con la relación, pues piensa que en algún momento el sometedor va a
cambiar su posición.
Por otro lado los sentimientos generan un supuesto estado de
felicidad, el cual busca resaltar aquellos breves momentos en que la persona
golpeadora se vuelve solidaría, comprensiva, tolerante y cariñosa. La persona
sometida no entiende que eso es un simple estado que responde a un momento
determinado y que no se extenderá en el tiempo, sino que rápidamente se
terminará y la persona inmediatamente volverá a ser violenta.
Esto sucede porque la persona golpeada cree que el otro es especial
(único y perfecto) bueno y comprensivo y que su acción se funda bajo la
necesidad de ayudar o guiar a la víctima. Así la persona golpeada no capta la
profundidad de lo que sucede y prefiere seguir sometiéndose a dicha situación.
Además, entiende que el otro le da sentido a su vida, comprende que el otro le
brinda totalidad a su ser personal, se siente completo junto al otro.
En conclusión la persona emocionalmente frágil y fuertemente guiada
por sus sentimientos, son sujetos que no comprenden los hechos, los entienden como
naturales e inclusive beneficiosos para su desarrollo personal, esto se debe a
que lo sentimental es una acción no racionalizada, pensada y reflexionada, pues
el hombre y la mujer está sometida a sus pasiones más ocultas y profundas.
La Violencia de Género y la Modernidad
Hay que entender que la violencia de género es una construcción de la
sociedad moderna y sobre todo occidental; el cual puede ser entendido porque se
da en un tiempo y espacio determinado. Es decir, hablamos de violencia de
género porque nuestra cultura ofrece una mirada que tiende a construir marcos
teóricos y explicativos, los cuales establecen que cuando una persona golpea o
somete psicológicamente a otra es considerada un acto de violencia, en la cual
hay indefinidamente una víctima, pero esto es una construcción muy
contemporánea, surge a partir del establecimientos de una serie postulados que
son muy recientes y actuales y se corresponden con nuestra mirada
occidentalizada.
Por otro lado esa sociedad moderna y occidental determina que el
hombre y la mujer deben vivir una vida de producción y consumo, por ello mejor
si se vive de a dos, ya que esto permite la reproducción del sistema. Y es que
la sociedad representa el deseo de trabajar, casarse, comprar, descansar,
aguardando pasivamente la muerte. Además, la sociedad moderna es una sociedad
de masas, la cual hizo desaparecer la
individualidad del hombre, haciendo que pierda toda acción creativa, solidaria
y comprensiva, imponiendo un imaginario social que se sostiene mediante el uso de
la violencia.
La sociedad moderna posee ciertas características que afecta al
hombre, por lo cual este se transforma en un ser violento y por esto construye
un mecanismo violento, esto sucede porque la sociedad no permite otro tipo de
manifestaciones que no sean violentos. De esta forma el uso de la violencia se
vuelve una herramienta válida, cotidiana y estructurante de las acciones
cotidianas. La pregunta sería ¿La gente no se da cuenta que toda la sociedad es
violenta? Desde nuestra mirada podemos decir que no. Pero además se le agrega
otro problema y es que la acción negativo e hiriente no es observada y
contemplada por quien la realiza. Es decir, el hecho de hacerle mal a otra
persona no resulta ser una acción traumatizante para quien lo hace, por lo que
no comprende el mal que está haciendo cuando le pega a otra persona.
A este proceso se lo denomina banalización del mal, es no darle la
importancia necesaria a la acción violenta, pues es esta la que maltrata y
atenta contra la dignidad del otro, pero al ser algo cotidiano se pierde de
vista lo profundo y doloroso que puede ser para una persona ser víctima de la
violencia. Esto también sucede porque se pierde en sentido del ser como cosa
importante en el mundo, el otro no es importante, no lo considero en toda su
humanidad, solamente responde a una necesidad: la de hacerme ver dentro de la
sociedad como incorporado. Así la persona con la que uno esta resulta ser más
un producto que una persona.
Por otro lado y para finalizar la sociedad moderna, hace sentir al
hombre preso, débil y sin libertad, esto empuja a la persona a acumular una angustia
interna, la que contiene y reprime. De este modo cuando esa persona que esta
presa de la sociedad sostiene esta situación en algún momento busca
descargarse, teniendo que encontrar a alguien más débil o en desig8ualdad de
posición para descargar toda su intolerancia. Sería como liberar a la bestia
que todos llevamos adentro.
En síntesis y para concluir, pensamos que la violencia de género es
productos de muchos factores, algunos analizados en este escrito, lo que
implica que todavía hay que seguir reflexionando sobre el tema, como lo hicimos
nosotros, pero no queremos dejar de dar algunas breves ideas para poder por lo
menos disminuir la acción violenta. Primeramente resaltamos que toda persona
que va a hacer una denuncia porque sufrió violencia de género debe ser asistida
inmediatamente por un psicólogo, la policía tendría que dar un informe a un
juez y este debería obligar a la policía a
no dejar que esa persona se hacer que a la víctima. Luego la persona
violenta tendría que ser obligada a ir a un psicólogo para pensar su situación.
Por otro lado todas las instituciones educativas deberían tratar el
tema de la violencia con más continuidad, charlas con los estudiantes,
preguntarles cómo ven tal situación y cómo podríamos ofrecer alguna respuesta.
Correcciones: Prof. Mereles Gabriel.