En la búsqueda de un mayor
entendimiento del hombre, nos encontramos con la siguiente reflexión; la misma
intenta brindar una explicación racional y emocional al ser, dado que
entendemos al sujeto como un ente complejo, problemático, transformador y por sobre
todo racional y pasional a la vez; es este sinnúmero de cuestiones lo que nos
obligan a mirar detenidamente al individuo.
El hombre nace con actitudes
innatas, estas por un lado le permite aprender y desarrollar entre otras cosas el habla, la
audición, la cuestión física motora. Pero además, puede enseñar, etc. Gracias a
esta situación el hombre accede y diagrama objetivos; es decir, construye
sueños y metas a lograr, las cuales se ven reflejado en su andar cotidiano; y
es que el sujeto tiene –gracias a sus actitudes innatas- la posibilidad de
interactuar y comunicarse con otros individuos. Por otro lado esta forma de
relación con el otro activa su parte emocional, sentimental y pasional,
limitando sus posibilidades y capacidades, dado que la comunidad a la que
accede ya tiene ideas, creencias, saberes y representaciones sociales, por lo
que lo que en realidad se le comunica al
sujeto son ideas ya existentes, las cuales él debe reproducir para adecuarse y
desarrollarse dentro de esta estructura social.
Estas ideas limitan al ser,
dado que la comunicación le permite al sujeto aprisionar ideales, los cuales en
muchos casos son interpretados a través de sus sentidos (Tacto, visual,
auditivo y degustativo) como podemos notar este es un proceso de aprendizaje
inicial, tendría –el hombre- que profundizar sus modos de aprender, ya que si
nos quedamos solamente con este proceso de aprendizaje, estaremos adquiriendo
una mirada muy superficial del objeto, fenómeno o hecho.
A esto se le suma que las
interpretaciones generadas por este estado de entendimiento están atravesadas
por momentos determinados, es decir el hombre padece estados de ánimo, situaciones
emocionales, deseos, angustias, etc. De este modo el ser es problemático porque
la estructura cultural, pero también la organización cognoscente y por sobre
todo su parte emocional lo condicionan. Es por ello que llegamos a la
conclusión de que el ser es un ente activo y es esa actividad lo que lo empuja
a un estado de enajenación o compulsión (Impulso o deseo intenso o vehemente de
hacer una cosa) interna que se manifiesta hacia el afuera.
Esto se debe a que el sujeto
busca incorporarse al sistema de manera más fuerte. Por ello decimos que se
acostumbra –y el sistema social lo acostumbra- a una determinada forma de ser y
actuar. Y es que las personas piensan conforme a los instrumentos que la
sociedad y las diferentes instituciones les proveen. Es por ello que afirmamos
que el sujeto esta sujetado a un sistema de imposiciones, son estas las que le
impiden adquirir una independencia intelectual, por lo que su pensar y actuar está
limitado por la estructura familiar, institucional y social.