Los estudiantes del tercer año
del Instituto Nazareth analizan al hombre. Dentro de la materia Problemática
Social Contemporánea.
Nuestro análisis se centra en
el entendimiento del hombre, comprendido este no desde la cuestión genérica,
sino desde su sentido más mentado o profundo. Es por ello que definimos al
hombre como un ser compuesto por una esencia interna y abstracta que se unifica
con una sustancia corpórea, denominado
vulgarmente cuerpo. Así caemos en la idea que el hombre es una composición
dual, la cual se junta e interactúa con otros hombres o personas.
Al principio de nuestro
análisis creíamos que ese hombre es
feliz siendo ignorante; pensábamos que ignorando los problemas del mundo,
sociales y de otras personas no tendríamos que compadecernos, ni sentir
lastima, tristeza o inclusive preocuparnos por otras personas. Entender la vida
desde esta perspectiva implica desapegarnos de nuestro yo interior. Es por ello
que nos dimos cuenta de que estábamos equivocados; pero esa equivocación lejos
de estar dentro nuestro solamente es un error, la sociedad moderna se compone y
alimenta justamente de esta idea; y es que el conocimiento, junto a la
experiencia y sabiduría y más que nada con lo que sentimos nos damos cuenta de
que podemos estar mejor no solamente social, económica y corporalmente, sino
también internamente.
Es por ello que comenzamos
este recorrido, el cual delimita que una de las problemáticas sociales actuales
es el comportamiento del hombre; entendiendo que el mismo tiene un yo interno y
externo que se pone objetivos, los cuales quiere cumplir; la realización de las
metas que nos satisfacen y nos traen sensaciones de felicidad son las que determinan
la unidad de nuestros dos yo (el interno y el externo) es ahí cuando nos
volvemos uno, no solamente con nosotros, sino también con el otro.
Cuando no tenemos objetivos es
cuando nos damos cuenta que falta la felicidad. Y es que por esencia y por naturaleza
el hombre busca la felicidad, quiere descubrir la verdad. Pero muchas veces es
el predominio de nuestra parte emocional y exterior la que limita y restringe
la llegada a un plano de felicidad plena. El hombre actual se preocupa más por
su parte exterior, dejando de lado su otro yo: el interior, aquel que muchas
veces lo impulsa a hacer cosos que no desea, genera enojos que angustian,
duelen y desequilibran a las personas, desviándose de su naturaleza: la búsqueda
de la felicidad.
Para descubrir nuestro yo
interno y generar un plano de unidad nuestro yo interior debe buscar y
movilizar a la parte exterior; esto se logra investigando, indagando sobre las
cuestiones de la vida, de las cosas mínimas pero esenciales para nuestro
desarrollo personal. Ese conocimiento solamente se logra si dudamos de lo que
sabemos, pensamos y conocemos, es la inquietud interna la que nos permite
entender desde el adentro hacia el afuera, porque es nuestro yo interno el que
duda. Tener fe y creer en el conocimiento es abrirnos a descubrir nuestra
propia felicidad. Pero muchas veces ese saber y entender puede angustiar, ya
que lo que encontramos puede demostrarnos que estábamos equivocados y es que el
saber nos enfrenta con nosotros mismo, con nuestras creencias, valoraciones,
normas y entenderes. Es por todo ello que pensamos que el hombre en la
actualidad forma parte de una problemática social., ya que se niega a
encontrarse consigo mismo y abrirse a un mundo de felicidad externa e interna.