domingo, 17 de agosto de 2014

El Espíritu del ser Moderno

Los Estudiantes Diaz, Jaime, Gimenez, Soto, Cardozo y Casal, de la Escuela Secundaria N° 2 de Presidente Perón expresan su sentir con respecto a la construcción  ideológica del ser moderno. Para ello reflexionan sobre el imaginario construido a partir del desarrollo capitalista.  

El sistema capitalista logro consolidar una forma de pensar, esta hace explicita referencia a la condición del ser humano y como este  debe ser comprendido y medido dentro de dicha sociedad. Es por ello que instituyo en las mentalidades de las personas la idea de   que el tiempo es dinero, que el crédito es dinero, qué el dinero es fértil y reproduce dinero (Weber, 200) de esta forma el hombre moderno piensa en función de buscar obtener, poseer y reproducir ganancias monetarias.
Para el hombre moderno el dinero puede producir dinero, por ello dedica gran parte de su tiempo a producir, pues de esta acción se desprenden dos cuestiones, la primera es que provee al mercado de mayores productos, la segunda es que obtiene mayor ganancia, lo que implica mayor capacidad de compra. Es de esta manera que invierte gran parte de su tiempo a producir y comprar o consumir. Este proceso social se convirtió en un verdadero ethos (Forma común de vida o de comportamiento que adopta un grupo de individuos que pertenecen a una misma sociedad.) social; las personas inmersas en el sistema capitalista afrontan esta condición como una cuestión ética y moral: esta bien poseer.
La idea de decencia impulsada por el sistema capitalista esta ligada a la capacidad de ser útil y funcional al sistema de producción y consumo. Por ello las personas se plantean como único objetivo   tener más bienes o ganar más dinero. Así la idea que atraviesa al hombre moderno es la del dinero, dado que este puede producir más dinero y así sucesivamente. El hombre el general piensa que todo en la vida es dinero. Por ello estudia para tener un mejor trabajo, se esfuerza para poseer mayores bienes, resigna tiempo a cambio de ganar más dinero, en definitiva toda su vida gira en torno a la posibilidad que el mismo sistema capitalista va proveyendo, por lo que la lógica implantada por el sistema capitalista se encargo de construir un ser individualista, egoísta y competitivo, siendo este el que construye, perfecciona y reproduce una sociedad meritocratica, en donde la competencia entre iguales resulta ser un imperativo valido y aceptado socialmente. 
De esta manera podemos decir que el hombre no es malo por naturaleza, sino que es el sistema el que lo corrompe, pero no podemos dejar de pensar que el sistema lo construye el hombre mismo, por ello caemos en la idea de que es el hombre (individualista, egoísta y hedonista) es el que formo y pone en funcionamiento el sistema capitalista. Es por todo lo expuesto que entendemos que son los empresarios surgidos de la disolución del sistema de producción feudal, los esclavos del señor feudal, fueron quienes  tomaron el mundo en sus manos y lo construyeron según sus necesidades. Para ello le impusieron (a los nuevos esclavos devenidos ahora en personas o ciudadanos) la idea de que el tiempo debe ser bien invertido, porque si es así el día de mañana van a obtener más dinero y un mejor puesto en su lugar de trabajo.

Bibliografía:
Weber, M (2000) La ética protestante y el espíritu del capitalismo; Madrid, Caronte.  

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