Autores:
Estudiantes de 5° 2 de la Escuela Secundaria N° 2 de Presidente Perón.
El
Hombre Moderno y su Nueva Forma de Hacer Política
La
política moderna pensada por Nicolás Maquiavelo
Maquiavelo plantea que si el
hombre es dejado en libertad abandonaría sus obligaciones, no trabajaría y tal
vez robaría para sobrevivir; es por ese motivo que debe estar ordenado y
determinado por una organización política. A este orden lo denomina Estado, es
este el que tiene que coaptar la libertad de las demás personas, porque sino no
habría orden social posible.
Esto permite pensar que la
modernidad se caracteriza por la construcción de nuevas instituciones. Tales
estamentos son creados y dominados por los ciudadanos; son estos los que pueden
pensar, crear ideas y establecer leyes, las cuales apuntarían a consolidar un
Estado soberano.
De esta forma vemos como
dicha institución aparece como un sistema de imposición; ya que a través de las
leyes se dice lo que se puede hacer y lo que no, por lo que se entiende que tal
disposición no contempla las cuestiones particulares de las personas, sino que
por el contrario somete a las masas sociales a un cierto tipos de lineamientos.
Es por ello que para el
político moderno y la política moderna el poder se centraliza; para que esto se
concrete el dirigente o líder político debe ser hábil –dice Maquiavelo- tiene que saber
negociar; pactar, hacer alianzas y utilizar la fuerza.
Y es que para Maquiavelo el
hombre moderno se guía por lo que ve; adquiriendo una mirada superficial de la
vida. Desea lo que posee el otro; y busca conseguirlo según las herramientas que posee. Es decir, quien
entiende que es más fácil engañar a la gente que trabajar lo hará y comprenderá
que su relación social se sostiene en ese tipo de estrategia. Así el hombre
para Maquiavelo y por sobre todo para la modernidad es malo por naturaleza, ya
que es perverso, estratégico, intuitivo, egoísta, etc. Esto legitimaría su
dominación y el surgimiento del Estado como órgano controlador, castigador y
regulador de las relaciones sociales.
Maquiavelo plantea además que
la sociedad moderna y más específicamente el hombre se mueve por necesidad,
esto implica que hará lo que sea para satisfacer su deseo personal; pero ¿Por
qué puede hacerlo? Esto se debe a que el campo social en el que se desarrolla
el hombre, es un espacio donde convive una lucha de poder, que se caracteriza
por ser desigual, siendo aquellos que reconocen su cuota de poder, quienes se
sostienen en el mando, delegándolo o trasladándoselo a aquellas personas más
allegadas.
A esto se le agrega que el
hombre juzga y actúa según las apariencias, es decir, son los sentidos los que
guían el saber y entender de las personas; no es la razón y la reflexión. Esto
posibilita la apropiación del poder político, dado que el otro se muestra de
una manera determinada, expresa discursos que se asocian más con lo que los
demás quieren escuchar, que con los proyectos políticos que quieren poner en
funcionamiento; por ello Maquiavelo plantea que el gobernante debe ser hábil
como el zorro, pero valiente e intimidatorio como el león. Lo que en definitiva
está queriendo decir es que el fin justifica los medios.
Esto implica que para el
hombre moderno la política no es una cuestión ética. Todo vale mientras el fin
sea mantener y construir poder. Por ello la reflexión final es que de nada
vales atemorizarse y resignarse a que nada puede cambiar, pues el espíritu de
la modernidad, también radica en la posibilidad de construir ideas, formas de
gobiernos más integradores y justos, y es que el hombre ha tomado posesión del
mundo, es él quien tiene que tener el valor de transformar la injusticia en
justicia, la tiranía en democracia, la desigualdad en igualdad, dado que el
hombre fue arrojado al mundo para vivir y transformarlo según su deseo,
comprendiendo que lo suyo debe formar parte de un proyecto aun mayor,
igualitario y comprensivo, solidario y por sobre todo humanitario.
Bibliografía:
Maquiavelo, Nicolás (2000)
El Principe. Argentina. Longseller.
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