miércoles, 13 de agosto de 2014

El Hombre Moderno y su Nueva Forma de Hacer Política


Autores: Estudiantes de 5° 2 de la Escuela Secundaria N° 2 de Presidente Perón.

El Hombre Moderno y su Nueva Forma de Hacer Política

La política moderna pensada por Nicolás Maquiavelo

Maquiavelo plantea que si el hombre es dejado en libertad abandonaría sus obligaciones, no trabajaría y tal vez robaría para sobrevivir; es por ese motivo que debe estar ordenado y determinado por una organización política. A este orden lo denomina Estado, es este el que tiene que coaptar la libertad de las demás personas, porque sino no habría orden social posible.
Esto permite pensar que la modernidad se caracteriza por la construcción de nuevas instituciones. Tales estamentos son creados y dominados por los ciudadanos; son estos los que pueden pensar, crear ideas y establecer leyes, las cuales apuntarían a consolidar un Estado soberano.
De esta forma vemos como dicha institución aparece como un sistema de imposición; ya que a través de las leyes se dice lo que se puede hacer y lo que no, por lo que se entiende que tal disposición no contempla las cuestiones particulares de las personas, sino que por el contrario somete a las masas sociales a un cierto tipos de lineamientos.
Es por ello que para el político moderno y la política moderna el poder se centraliza; para que esto se concrete el dirigente o líder político debe ser hábil         –dice Maquiavelo- tiene que saber negociar; pactar, hacer alianzas y utilizar la fuerza.

Y es que para Maquiavelo el hombre moderno se guía por lo que ve; adquiriendo una mirada superficial de la vida. Desea lo que posee el otro; y busca conseguirlo según las  herramientas que posee. Es decir, quien entiende que es más fácil engañar a la gente que trabajar lo hará y comprenderá que su relación social se sostiene en ese tipo de estrategia. Así el hombre para Maquiavelo y por sobre todo para la modernidad es malo por naturaleza, ya que es perverso, estratégico, intuitivo, egoísta, etc. Esto legitimaría su dominación y el surgimiento del Estado como órgano controlador, castigador y regulador de las relaciones sociales.
Maquiavelo plantea además que la sociedad moderna y más específicamente el hombre se mueve por necesidad, esto implica que hará lo que sea para satisfacer su deseo personal; pero ¿Por qué puede hacerlo? Esto se debe a que el campo social en el que se desarrolla el hombre, es un espacio donde convive una lucha de poder, que se caracteriza por ser desigual, siendo aquellos que reconocen su cuota de poder, quienes se sostienen en el mando, delegándolo o trasladándoselo a aquellas personas más allegadas.
A esto se le agrega que el hombre juzga y actúa según las apariencias, es decir, son los sentidos los que guían el saber y entender de las personas; no es la razón y la reflexión. Esto posibilita la apropiación del poder político, dado que el otro se muestra de una manera determinada, expresa discursos que se asocian más con lo que los demás quieren escuchar, que con los proyectos políticos que quieren poner en funcionamiento; por ello Maquiavelo plantea que el gobernante debe ser hábil como el zorro, pero valiente e intimidatorio como el león. Lo que en definitiva está queriendo decir es que el fin justifica los medios.
Esto implica que para el hombre moderno la política no es una cuestión ética. Todo vale mientras el fin sea mantener y construir poder. Por ello la reflexión final es que de nada vales atemorizarse y resignarse a que nada puede cambiar, pues el espíritu de la modernidad, también radica en la posibilidad de construir ideas, formas de gobiernos más integradores y justos, y es que el hombre ha tomado posesión del mundo, es él quien tiene que tener el valor de transformar la injusticia en justicia, la tiranía en democracia, la desigualdad en igualdad, dado que el hombre fue arrojado al mundo para vivir y transformarlo según su deseo, comprendiendo que lo suyo debe formar parte de un proyecto aun mayor, igualitario y comprensivo, solidario y por sobre todo humanitario.
Bibliografía:
Maquiavelo, Nicolás (2000) El Principe. Argentina. Longseller.




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